Esta pequeña gran casa es el ejemplo perfecto de cómo un buen diseño puede hacer mucho con poco. Es una tiny house funcional y acogedora, ideal para escaparse del ritmo de la ciudad y reconectar con lo esencial. Tiene una recámara, un baño completo, y un área común que integra una pequeña sala y una cocineta, todo perfectamente distribuido para aprovechar al máximo cada metro cuadrado.

El diseño combina el blanco con la calidez de la madera, creando un ambiente limpio, natural y muy agradable. El techo a dos aguas no solo le da personalidad, también ayuda a mantener el interior fresco y ventilado.

Al frente, un porche con asador para las famosas carnitas asadas de Monterrey invita a pasar tardes tranquilas al aire libre, ya sea con familia o amigos. Pero lo más especial de esta casa es su ubicación: está justo al pie de la presa, y tiene un ventanal que enmarca una vista espectacular hacia las montañas de Nuevo León. Literalmente, el paisaje entra contigo a la casa.

Es una casa pequeña, sí… pero con una experiencia grande. Ideal para quienes buscan algo auténtico, práctico y lleno de encanto.